THE LAND OF THE LIGHTS
THE TALE OF DEMOCRACY
This is a short story titled
" The Land of Lights " , an imaginary narrative that has to do with
the paradigm of democracy , hoping that reading it apart from the tensions as
world citizens bring with us , but at both invite him to reflect on an issue of
great importance .
In The Country of the lights
were always freedoms and rights, the sun shone all day, there was no need to
have bulbs or electric generators, centuries of history kept in the light as
natural and proper to that nation alone in the world .
Many years ago there was not
actually any government, as those citizens stormed never public order , their
relations were cordial , light provided them with everything you might need :
from food , fruits and vegetables in abundance, until the heat to counteract
inclement winter, or just to have a more harmonious life with nature. There was
no conflict in that place.
Then one day without
explanation, everything became dark! ...
The people , confused , did not
know how to respond to adversity. Chaos gripped the men and women, the light
had been the law that their actions and to controlled darkness seemed that
everything was allowed. After some time of uncertainty and barbarism emerged as
traditionally they do, some groups of individuals who found a solution
perspective to the overwhelming problem.
Only three of them stand out
from the others for its mention to the strict adherence to forms of government
known to us, but novel in a country with a population self-governing .
In the first group we decided to
ask a direct solution to the monarch , a man who had inherited the throne of a
country without laws and therefore did not have the experience to bring order
to the governed .
People , on the condition that
imposed blindness was simply disobeyed the royal command , and the king had no
way to monitor the proper conduct of his subjects.
The second group chose to use an
old law , which considered supreme , essential and perfect, but that could not
be remembered for his old scribes, who knew no other way of reading more than
one that relies on lighting, besides who respects a law that barely
distinguished in the dark and easily adapts his words to the interests of the
powerful ?
The third group decided to be
more practical . They knew it was necessary to exploit other ways to establish
a new regime, which naturally before , now it was necessary to rebuild .
Used as the sense of hearing
instrument , then his voice would be the appropriate channel to establish order
, and as speech used to reason and argument as measurable qualities of
intelligence , there was no doubt in choosing who should objectively take
command public administration , there was no influence peddling, and corruption
, all communicated in assembly, which convened first silence and then elected
officials on their merits and speeches; those , moderate in a strict order , as
was at stake nothing less than the survival of all
Traducción:
EL PAIS DE LAS LUCES – EL CUENTO DE
LA DEMOCRACIA
Se
trata de un cuento corto titulado “El país de las luces”, una narrativa
imaginaria que tiene que ver con el paradigma de la democracia, esperando que
su lectura lo aparte de las tensiones que como ciudadanos del mundo traemos con
nosotros, pero que a la vez lo invite a reflexionar sobre un tema de gran
importancia.
En
El País de la Luces siempre hubo libertades y derechos, el sol brillaba todo el
día, no había necesidad de bombillas ni de tener generadores eléctricos, siglos
de historia guardados en la luz como algo natural y propio de aquella nación
solitaria en el mundo.
Hacía
muchos años que no existía gobierno de hecho alguno, pues aquellos ciudadanos
nunca irrumpían el orden público, sus relaciones eran cordiales, la luz les
proveía de todo aquello que pudieran necesitar: desde alimentos; frutas y
verduras en abundancia, hasta el calor para contrarrestar las inclemencias del
invierno, o simplemente para tener una vida más armoniosa con la naturaleza. No
había conflictos en aquel lugar.
De
pronto, un día sin explicación alguna, ¡todo se volvió oscuridad!…
Los
habitantes, desconcertados, no supieron cómo responder al infortunio. El caos
se apoderó de los hombres y mujeres, la luz había sido la ley que contralaba
sus acciones y ante la oscuridad parecía que todo era permitido. Después de
algún tiempo de incertidumbre y barbarie, surgieron, como tradicionalmente lo
hacen, algunos grupos de individuos que encontraron una perspectiva de solución
ante el agobiante problema.
Solo
tres de ellos sobresalen de entre los demás para su mención ante el estricto
apego a formas de gobierno conocidas por nosotros, pero novedosas en un país
con una población autogobernada.
En
el primer grupo se decidió pedir una solución directa al monarca, un hombre que
había heredado el trono de un Estado sin leyes y que, por tanto, no contaba con
la experiencia para poner orden a sus gobernados.
La
gente, en la condición de ceguera impuesta en que se encontraba, simplemente
desobedecía el mandato real, y el rey no tenía cómo vigilar la correcta
conducta de sus súbditos.
El
segundo grupo optó por utilizar una antigua ley, que consideraron suprema,
fundamental y perfecta, pero aquella no pudo ser recordada por sus viejos
escribanos, quienes no conocían otra forma de lectura más que aquella que se
apoya en la iluminación, además ¿quién respeta una ley que apenas y se
distingue en la oscuridad y que fácilmente amolda sus palabras a los intereses
de los poderosos?
El
tercer grupo decidió ser más práctico. Sabían que era necesario explotar otras
formas de establecer un nuevo régimen, lo que naturalmente antes era, ahora era
necesario reconstruir.
Usaron
como instrumento el sentido del oído; sería entonces su voz el canal adecuado
para instaurar el orden, y como el habla utiliza a la razón y al argumento como
cualidades medibles de inteligencia, no hubo duda en la elección objetiva de
quienes debían asumir el mando de la administración pública, no hubo tráfico de
influencias, ni corrupción, todos se comunicaban en asamblea, donde se
convocaba primero al silencio y después a las autoridades electas por sus
méritos y discursos; aquellos, moderados en un orden estricto, pues estaba en
juego nada menos que la supervivencia de todos